sábado, 26 de abril de 2014

(auto)Diagnóstico

Nudo en el cuello.
No puedo mirar hacia atrás,
como destierro obligado de lo que quedó a mis espaldas.
Olvido artificial de aquello que ya pasó.

Nudo en la garganta.
Apenas puede algo pasar,
como cáncer de todo lo callado,
a modo de aspersor de todas las pasiones.

Vidrios se rompen en el cráneo.
Su cómplice,  la falta de visión.
Ambos, en conjunto
juegan a cerrar mis parpados.

Hay un nudo en mi talón izquierdo.
Ese es el más pequeño de todos,
y dice algo así como:
-"estoy aquí
sea cual sea el camino que elijas"-
todo en tono de broma, por supuesto.

Y como resultado final,
todo lo que escribo es fragmentado
lo que pienso y lo que digo,
por nudos como los que instalaron en mi cuerpo,

sitiándolo todo.